Todos los años, cerca de 100.000 viviendas quedan libres por el fallecimiento de su propietario. Al dolor por la pérdida personal, en muchos casos se suman problemas entre los herederos que, frecuentemente, les llevan a vender por debajo del precio de mercado para evitar males mayores.
Como afirma Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria, “Heredar una propiedad, no siempre es una buena noticia”. Al pago de impuestos correspondientes, es necesario sumar cada año el pago del Ibi, tasas de basura, gastos de comunidad o suministros. Un largo etcétera que, en numerosas ocasiones, va haciendo mella en la relación entre los herederos. No siempre todos quieren vender, ni tienen la misma prisa, ni valoran la propiedad por igual.
Una oportunidad para los más lanzados
Si bien encontrar estas propiedades no es sencillo –ningún portal inmobiliario incluye un criterio específico para los pisos en esta situación- una vez identificados estos suelen salir al mercado por un precio entre un 10% y un 20% por debajo del mercado, afirma Duque.
Generalmente, los herederos no suelen poner este tipo de viviendas a la venta de inmediato. Lo más habitual es iniciar primero todos los trámites y gestiones que supone el recibir una herencia. Tratar de llegar a un acuerdo sobre si vender o no, alquilar o no, reformar o no, esperar a que suban los precio o no, etc.
Pero en este proceso surgen con el tiempo diferencias de criterio y gastos que no todas las partes asumen de la misma forma. “Por esta razón”, opina Duque, “es muy frecuente que, llegado el momento de sacar la propiedad al mercado, los propietarios deseen realizar una venta rápida que resuelva los problemas familiares”.
Ventajas y desventajas de estas propiedades
Una de las ventajas más habituales de las viviendas a la venta que proceden de una herencia es que suelen estar ubicadas en zonas consolidadas de cualquier ciudad o pueblo. Lo cual garantiza al inversor la revalorización de su adquisición.
En el extremo opuesto se encuentra la desventaja de encontrarse algunas veces en edificios antiguos, mal mantenidos o sin ascensor, lo cual dificultará una futura venta o alquiler del mismo.
En un punto intermedio, destaca el hecho de que generalmente son viviendas que necesitan una reforma integral. Esta cuestión, que anima aún más a los herederos a vender, es una importante ventaja para el comprador. Para este supone la posibilidad de comprar una vivienda en el centro de una población, y adaptarla a sus gustos o necesidades con la ventaja encontrarnos en el momento más bajo de la curva de precios.
“Nuestra recomendación, afirma Duque, es que si encuentra una vivienda de estas características se informe rápidamente, se deje asesorar por un asesor especializado y si la propiedad le encaja, en la medida de lo posible cierre la operación en el menor tiempo posible, porque este tipo de inmuebles se venden con más rapidez”